Has estado usando Zoom con todos en tu vida. Ya sea que esté en una importante llamada de Zoom de trabajo o en una clase divertida de Zoom Yoga, ha estado extendiendo su rostro de Zoom en toda su red de personas en su vida.
Este tipo de conexión debería ser gratificante y revitalizante, pero a menudo puede ser agotador. Después de un día completo de videollamadas, puede estar cansado y agotado. No eres solo tú, de hecho, puede haber algo de ciencia en ello.
Ya sea científicamente probado o no, la verdad es que hay un nivel de agotamiento que se establece después de un día de estas llamadas que no se parece a nada que haya experimentado antes. La buena noticia es que hay algunas cosas bastante sencillas que puedes hacer para recuperar tu energía y continuar con el resto del día para que puedas ser lo mejor que puedas ser.
1.) Desconexión: después de su última llamada Zoom del día, evite su computadora/tableta/teléfono a toda costa. Incluso si no puede desconectarse por el resto del día, tómese una o dos horas para conectarse con quienes lo rodean en lugar de hacerlo en un entorno virtual. Eliminar el tiempo de pantalla de la ecuación es una forma perfecta de recargar las pilas.
2.) Salga al aire libre: un simple paseo alrededor de la cuadra o un paseo por su jardín para regar las flores hará maravillas para su bienestar físico y mental. Lo que sea que te guste hacer al aire libre, sal y hazlo. El aire fresco no es la panacea, pero sin duda es una forma de recuperar la vitalidad.
3.) Sea creativo: ha pasado la mayor parte del día con el lado derecho de su cerebro, ahora ejercite su lado izquierdo. Escribe un poco (a mano, no a máquina), dibuja, pinta, toca música, haz algo creativo que te distraiga de la monotonía de estas llamadas diarias.
Si bien no mencionaremos esto como uno de los pasos que puede seguir para recargar energías, también debe recordar que su salud mental es fundamental durante estos tiempos inciertos y, aunque puede haber algunas llamadas de Zoom que no puede perderse, hay sin duda, los que podría omitir. Haz tu mejor esfuerzo para espaciarlos y si puedes omitir uno o dos, hazlo. Tu mente, cuerpo y alma te lo agradecerán.