No hay nada mejor que sentarse frente a un fuego acogedor con una taza de té y un buen libro. El crepitar del fuego y el brillo de las llamas es suficiente para calmar tu mente y creer que el frío del aire exterior no será tan malo.
Todo está bien hasta que te preparas para dormir esa noche y te das cuenta de que el aire seco de la chimenea ha hecho su trabajo en tu piel. Tu cara ahora se siente reseca. Esto no es lo que esperabas cuando te sentaste a disfrutar del calor del fuego.
La buena noticia es que, si bien una chimenea puede resecar tu piel, una buena rutina de cuidado de la piel puede protegerte de que esto suceda y también ayudarte a recuperarte si sucede. El elemento crítico para tu rutina de cuidado de la piel es, por supuesto, tu humectante. Un buen humectante puede ayudar a prevenir la piel reseca y mantener la piel brillante incluso después de haber dejado el resplandor del fuego.
Nuestros humectantes no solo están especialmente formulados para su tipo de piel en particular, sino que también son suaves y espesos para que se absorban en la piel en lugar de agregar una capa a la piel que termina luciendo como residuos y no hacer mucho para ayudar al problema subyacente de la piel reseca.
La próxima vez que te sientes junto al fuego y te diviertas, ten en cuenta que podrías estar dañando tu piel a corto plazo. Si tienes una gran rutina de cuidado de la piel, estarás bien.