Si prestas atención a tu rutina de cuidado de la piel, probablemente te hayan aparecido puntos blancos y puntos negros. Ambos son frustrantes y difíciles de manejar, pero ¿cuál es la diferencia entre los dos?
¿Alguna vez has pensado en esta pregunta?
La respuesta simple y científica a esta pregunta es que en realidad solo hay una gran diferencia entre los dos. Los puntos blancos tienen poros cerrados y los puntos negros tienen poros abiertos. Aparte de eso, son más o menos lo mismo. Ambos consisten en el mismo material que incluye células muertas de la piel, sebo y aceite.
Dado que son tan similares, ambos pueden eliminarse de manera similar, utilizando un limpiador facial diario vegano de forma regular para eliminar la grasa de la piel. También querrás realizar una exfoliación preventiva que sea suave para tu piel pero ayudará a eliminar las células muertas de la piel y allanará el camino para que se forme una piel nueva y fresca.
Algunos puntos blancos y puntos negros pueden necesitar atención individual y, si ese es el caso, debe ser lo más suave posible y evitar reventarlos a toda costa, ya que esto dejará residuos y posiblemente dañará su piel a largo plazo.
La mejor manera de lidiar con los problemas de la piel es realizar tratamientos preventivos en la piel. Esto le permitirá defenderse de posibles imperfecciones antes de que comiencen. Si bien esto no siempre es posible, una buena rutina de cuidado de la piel que siga de manera regular le brindará, en la mayoría de los casos, aproximadamente el 90 % del camino hacia una piel sana y fresca.
